miércoles, 30 de agosto de 2017

Regalo a la Virgen María, con motivo de la Novena de la Fiesta de su Natividad inmaculada


Comenzamos hoy la Novena de la Natividad de la Virgen María. 
Qué días tan hermosos.
Deseo ofreceros unas palabras para ayudaros a preparar un digno regalo a Ntra. Señora. 
Y luego un vídeo entrañable que nos explica qué son las madres, ¡que lo disfrutéis!
***
"Queridos hermanos, como buenos hijos, deseamos siempre honrar a nuestra Madre. De pequeños, preparábamos a nuestras madres esos pintorescos dibujos, y esos collares de macarrones, y se los presentábamos con alegría: era nuestra ofrenda. En la llegada de estos días santos en honor a la Virgen. ¿Qué podremos ofrecerte, Buena Madre, que te complazca? ¿Qué podremos hacer que arranque de tu corazón una sonrisa, una aclamación de gozo y dulzura?

Ya lo sé, buena Madre, ya sé lo que haré. Haré algo que te va a agradar. Conociendo las palabras de tu Hijo Jesucristo, haré algo que va hacer estallar el cielo de alegría: “habrá más alegría en el cielo por un pecador que se convierte, que por cien justos que no necesitan convertirse”. Yo voy a ser aquél por quien canten de fiesta los ángeles, por quien se derrame la gracia de tu Hijo. Viviré siempre en gracia de Dios.

Es tu amor Virgen María el que a ello me mueve. Nunca más vivir en pecado. Que me repugne vivir así. Harto estoy de presentarme ante ti lleno de impureza y de robos, de adulterios, de blasfemias… Harto de presentarme ante ti sucio por destronar a Dios y colocarme a mí en su lugar. Harto de flagelar a tu Hijo en cada pecado y ofensa. Harto de vivir lejos de la Casa paterna, lejos del la barca de la Iglesia, sin la cual no hay salvación, sin la cual me voy hundiendo, incapaz de ser feliz, incapaz de amar como tú nos amas… Mi corazón se seca como una teja, tiene sed y la apaga en barrizales que no sacian. Enséñame Madre Buena, llena de gracia, a vivir.

Quiero vivir siempre en gracia de Dios. Como Tú… Vuelvo Madre, hacia ti, y quiero volver limpio: limpio por una buena confesión, arrepentido y poniendo medios para no volver a caer. Quiero vivir siempre en gracia de Dios. Este es mi regalo de estos días. Vivir en gracia de Dios. Ofrecerte un corazón lleno de vida divina.

¿Qué pasará si cuando se enfríe mi amor, caiga otra vez y me aleje de ti…? Te diré Madre lo que pasará. No dejaré pasar tiempo, nunca más vivir en pecado, pues sé que te desagrada y te hace llorar. Lloras cuando me ves sucio y alejado de ti. Rápidamente acudiré a tus sacramentos, a las fuentes de la salvación que lavan y sanan, a la oración… Viviré en gracia de Dios, para cantarte en cada latido un cántico nuevo que te honre, y ofrecerte una vida con debilidades y caídas, pero que pelea y no se conforma, que quiere darlo todo, incluso unas manos vacías pero luchadoras, que no quieren estar en brazos de Satanás, sino sólo en las tuyos.

¡Oh María, hija de Joaquín y Ana, soy un pecador que se atreve a hablar de Vos y de vuestro Santísimo Corazón, la cosa más santa y admirable que en vos existe: pero un pecador que os ama, a pesar de todo, ardientemente; que os honra como a soberana, y os reconoce y venera como única causa -después de Dios- de su alegría y de su dicha toda, como la Reina de su corazón, como la dueña y guía de su vida, y como firme esperanza de su eterna salvación.’ [San Juan Damasceno, Cántico Sagrado del Santísimo Corazón de la Bienaventurada Virgen]. Haced que en estos días, y siempre, viva en gracia de Dios, confiese bien mis culpas, y me mantenga fiel en este combate, por amor a ti Buena Madre, voy a pelear hasta encontrarme cara a cara contigo, mi Señora, la Virgen de las Saleras.

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida, ¡ruega por nosotros!

No hay comentarios:

Publicar un comentario